Reestructuración histórica bajo la lupa
La NASA evalúa cerrar su sede en Washington y redistribuir sus responsabilidades entre diferentes estados, un movimiento que podría debilitar su coordinación estratégica y su influencia política, según fuentes cercanas al plan.
Impacto inmediato
- Empleos afectados: Hasta 2,500 puestos
- Funciones críticas en riesgo: Gestión de misiones lunares y cooperación internacional
- Motivación: Recortes presupuestarios impulsados por la administración Trump
«El mayor temor es perder conectividad», advirtió Tom Culligan, lobista espacial, sobre la posible fragmentación de la agencia.
Consecuencias globales
La sede de Washington no solo gestiona el programa Artemis para regresar a la Luna, sino que también coordina alianzas clave como la Estación Espacial Internacional y los Acuerdos Artemis con 43 países.
«Mover la sede dificultaría la diplomacia espacial, un pilar de poder blando estadounidense» — Dan Dumbacher, exdirectivo de NASA
¿Quiénes ganarían?
- Florida: Senadores presentaron proyecto para albergar la nueva sede
- Texas y Ohio: También compiten por atraer funciones clave
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, afirmó que el traslado a su estado ahorraría $1,000 millones, llamándolo «una decisión obvia».
Lo que está en juego
Expertos destacan que mantener la sede en Washington facilita:
- Negociaciones con embajadas extranjeras
- Cabildeo directo en el Congreso
- Respuesta rápida a cambios presidenciales