Más del 90% de Puerto Príncipe está bajo control de grupos armados, según datos de la ONU. En el último mes, 60,000 personas huyeron de sus hogares, sumándose a 1 millón de desplazados que sobreviven en campamentos sin agua potable ni saneamiento básico. 
«Es una prisión al aire libre», describen organismos internacionales. 
Las bandas dominan rutas estratégicas que conectan la capital con el sur del país, incluyendo zonas clave como Canapé-Vert y Turgeau, vitales para el suministro de agua. 
La misión keniana de seguridad, con apenas 1,000 efectivos, enfrenta recortes de financiamiento. Estados Unidos congela ayudas mientras evalúa restricciones migratorias para haitianos con visas válidas.
«El colapso del Estado es evidente: cárceles destruidas, tribunales inoperantes y comisarías incendiadas», advirtió António Guterres, secretario general de la ONU.
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