El Jurado Nacional de Elecciones rechaza implementación tecnológica por riesgos en la integridad del proceso
En una decisión crucial para el futuro electoral del país, el Pleno del Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ha determinado no implementar el voto digital en las próximas Elecciones Generales 2026. Esta resolución se basa en una auditoría técnica exhaustiva que concluye que la solución tecnológica presentada por la ONPE «aún está en fase de desarrollo y no garantiza seguridad ni integridad electoral».

Auditoría técnica revela insuficiencias críticas
La Dirección de Fiscalización Electoral Digital del JNE emitió una opinión desfavorable tras evaluar la Solución Tecnológica de Voto Digital (STVD). El análisis, que cubrió múltiples frentes, identificó deficiencias que podrían «comprometer la voluntad ciudadana y el escrutinio».
- Áreas evaluadas: Infraestructura tecnológica, ciberseguridad, arquitectura del sistema, pruebas funcionales y cumplimiento normativo.
- Hallazgo principal: Insuficiencias que no garantizan que la votación exprese de manera «auténtica, libre y espontánea» la voluntad del elector.
Incumplimiento de plazos y marco legal
La STVD fue entregada a la autoridad electoral el 15 de octubre de 2025, bajo el amparo de la Ley N.° 32270. Sin embargo, el JNE determinó que este desarrollo no cumple con el cronograma preclusivo establecido para los comicios del 2026, añadiendo un obstáculo legal a los técnicos.
«El Pleno concluyó que la aplicación del voto digital en los próximos comicios podría generar riesgos para la confianza y la integridad del proceso electoral.»
Futuro incierto para la modernización del sufragio
Pese a la decisión, el JNE reconoce el potencial futuro del voto digital, planteándolo como una opción voluntaria para procesos posteriores. La resión subraya la necesidad de que cualquier sistema garantice que el escrutinio «refleje con exactitud y oportunidad los resultados del sufragio», un estándar que, por ahora, la tecnología propuesta no alcanza.
Esta decisión marca un punto de inflexión en el debate sobre la digitalización de la democracia en el Perú, priorizando la seguridad y la confianza pública sobre la innovación en un proceso tan sensible como la elección de autoridades.