El recurso hídrico que necesitan los centros de datos para ser refrigerados, la falta de lluvias sumado al cambio climático repercute negativamente en el agro
Esta todo tan naturalizado, nos sentamos frente a la computadora y realizamos nuestro trabajo con la ayuda de la inteligencia artificial, le preguntamos a través de nuestro móvil algo a un bot y nos responde con claridad y precisión, luego abrimos el refrigerador y nos preparamos una ensalada con variedad de verduras para una cena saludable. Todo eso que vemos como “normal” está en peligro de extinción. ¿Por qué?
Con su avance, la inteligencia artificial demanda una gran cantidad de recursos hídricos para enfriar sus centros de datos, sumándose a la crisis global por menos lluvias. Este uso intensivo, ligado al cambio climático, agrava la sequía agraria y pone en riesgo la producción de alimentos. ¿Es la tecnología una nueva amenaza para nuestros recursos vitales?
La IA demanda energía, a menudo fósil, que acelera el calentamiento del planeta y la sequía en zonas agrícolas. Menos lluvia implica menos cosechas, impactando la disponibilidad y precio de los alimentos. La sed de la tecnología se entrelaza con la sed de la tierra, amenazando la seguridad alimentaria mundial.
Ante esta situación, urge la implementación de regulaciones en el consumo hídrico de la IA y soluciones de refrigeración sostenibles. La colaboración entre sectores es clave para un futuro donde innovación y subsistencia coexistan.
Darío Ponce