Horas después del choque de bote en Biscayne Bay que cobró la vida de una adolescente y dejó gravemente herida a otra, George Pino, el corredor de bienes raíces de Doral que piloteaba la embarcación, se sometió a una prueba de sangre en el hospital que arrojó que “no se detectó alcohol”, según informaron sus abogados defensores durante una audiencia celebrada un lunes por la mañana.
Los abogados abordaron el tema del análisis sanguíneo después de que la fiscal Laura Adams declarara su intención de obtener los registros de la visita de Pino al Baptist Hospital el 4 de septiembre de 2022, donde fue tratado por lesiones sufridas en el choque ocurrido esa misma tarde.
Pino se había negado a someterse a una prueba de alcohol en sangre en la escena del accidente, diciéndole a un agente estatal que solo había tomado “dos cervezas”, según muestra la cámara corporal del oficial. Sin embargo, se le extrajo sangre por parte del personal médico cuando fue llevado al Baptist.
El choque resultó en la muerte de Luciana “Lucy” Fernandez, de 17 años, quien comenzaba su último año en la Academia Our Lady of Lourdes. Además, causó una grave lesión cerebral a su compañera de clase, Katerina “Katy” Puig, ahora de 20 años, una destacada jugadora de fútbol que aún recupera habilidades motoras básicas.
George Pino, de 55 años, enfrenta cargos de homicidio involuntario y homicidio con vehículo náutico. Estos delitos graves conllevan una pena máxima de 15 años de prisión, aunque no puede ser condenado por ambos cargos.
La prueba de alcohol en sangre —o la falta de ella— ha estado en el centro de la controversia en este caso. La noche del accidente, investigadores de la Florida Fish and Wildlife Conservation Commission (FWC) no le realizaron a Pino una prueba de alcohol para determinar sus niveles de sobriedad, a pesar de estar entrenados para hacerlo en accidentes de navegación con lesiones graves o fatalidades.
Los investigadores en la escena sabían que cuatro de las 14 personas en el bote fueron trasladadas en helicóptero como pacientes de trauma por el Miami-Dade Fire Rescue, incluida Lucy, quien murió al día siguiente en el hospital.
La FWC ha mantenido que no tenía causa probable para obtener una orden judicial que obligara a Pino a tomar una prueba de sobriedad. Sin embargo, la FWC pudo haber contactado a la Oficina del Fiscal del Estado, que tiene un fiscal disponible las 24 horas para ayudar a los agentes a obtener una orden de allanamiento en estos casos.
La FWC no llamó.
Pino fue inicialmente acusado de tres delitos menores de navegación negligente. Después de que se publicaran artículos de investigación que detallaban cómo los investigadores de la FWC nunca entrevistaron a testigos clave, la Oficina del Fiscal del Estado de Miami-Dade reabrió el caso.
Un bombero de Miami-Dade Fire Rescue que estuvo entre los primeros rescatistas en la escena se presentó después de los artículos y declaró a los fiscales que Pino mostraba signos de estar intoxicado cuando lo encontró en la bahía poco después del choque.
Durante la audiencia, la jueza del tribunal de circuito de Miami-Dade, Marisa Tinkler Mendez, fijó fechas en febrero para abordar mociones. El juicio de Pino está programado para junio.
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