La Protesta que se Niega a Desaparecer en los Everglades
Mientras la atención mediática se desvanecía, un grupo dedicado de activistas mantiene viva la llama de la protesta frente a Alligator Alcatraz, el controvertido centro de detención de inmigrantes en Florida. Lo que comenzó como una vigilia solitaria se ha convertido en un movimiento persistente que desafía al olvido y exige el cierre del recinto.

Los Rostros de la Resistencia: De California a los Everglades
Todo empezó un martes de julio, cuando Andrea Scherben, una estudiante de posgrado e influencer de 35 años, llegó desde California. Su misión: transmitir en vivo para sus más de 100,000 seguidores lo que ocurría fuera del centro. Casi seis meses después, sigue allí, habiendo reajustado su presupuesto para alquilar coches y vivir a veces en ellos, dedicada a documentar cada movimiento.
La chispa inicial la encendió Debbie Clark Wehking, una jubilada de 75 años inspirada por las protestas en el centro de detención para menores de Homestead durante el gobierno de Donald Trump. Tras la visita del entonces presidente y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, a Alligator Alcatraz, Wehking se unió a un hombre que protestaba sola al costado de la ruta y no ha dejado de volver.
Vigilia Contra el Olvido: Sillas, Sombrillas y Determinación
El grupo, compuesto por alrededor de media docena de personas que incluyen a la viuda de un juez federal, jubilados, locales y un estudiante de secundaria, se reúne casi a diario. No hay turnos fijos ni paga alguna. Llevan sillas de camping, sombrillas para protegerse del sol implacable de los Everglades y usan sus autos para el aire acondicionado. Para ir al baño, deben conducir kilómetros por la Ruta 41.
- Objetivo: Presionar para el cierre y rendición de cuentas.
- Método: Registrar placas de vehículos, colocar pancartas y mantener presencia.
- Frase clave: «I was only following orders» («Solo seguía órdenes») en una de sus pancartas.
Un Faro para Familias Desesperadas y el Nacimiento de ‘Migrants Hope’
Su labor ha trascendido la protesta. Se han convertido en un equipo de bienvenida no oficial para familias desorientadas, como Angela Perez, quien viajó dos horas desde Miami buscando a un amigo detenido y fue rechazada. Los activistas les ofrecen agua, escuchan sus historias y les brindan compañía.
Esta interacción inspiró a Randy Nazir, un estudiante de último año de secundaria e hijo de inmigrantes, a fundar la organización «Migrants Hope». Su objetivo es conectar a las familias con servicios legales y recursos, usando TikTok para difundir su causa y transmitir en vivo desde el lugar.
«Podría haber sido mi familia», dijo Nazir sobre los detenidos. «Ser hijo de un inmigrante mismo, pude imaginarme viendo a mi mamá, a mi hermano, a mi hermana entrar en Alligator Alcatraz, y eso me rompió el corazón».
Reacciones Oficiales, Turismo Macabro y la Lucha Continua
El gobernador Ron DeSantis restó importancia a las protestas, describiéndolas en agosto como «10 personas con carteles y cosas» y sugiriendo que «encontraría mejores cosas que hacer». Mientras tanto, el lugar se ha convertido en una parada turística inusual: partidarios de las políticas de inmigración se toman selfies y fotos familiares frente al letrero, como si fuera una atracción más.
A pesar de las dudas y de que la atención global haya disminuido, los manifestantes persisten. Han visto cómo un juez ordenaba el cierre, solo para que una corte de apelaciones permitiera que permaneciera abierto. Su esperanza es que su vigilia constante genere conciencia y presione a los gobiernos estatal y federal.
Una Comunidad en la Carretera: El Legado de la Protesta
«No están solos parados aquí al costado del camino. Y creo que eso es lo poderoso que estamos haciendo», dijo la manifestante Nora Espinal. «Estamos creando una comunidad para ellos».
La protesta en Alligator Alcatraz es más que una serie de carteles; es un testimonio de resistencia civil, un apoyo crucial para familias vulnerables y un recordatorio constante de una política que, para estos activistas, debe terminar.