Un llamado a la humanidad en época de paz
Los líderes de la Iglesia Católica Romana están haciendo un llamado urgente al presidente Donald Trump y al gobernador de Florida, Ron DeSantis, para que detengan todos los esfuerzos de deportación de inmigrantes durante la temporada navideña.

La petición formal de los obispos de Florida
Hablando en nombre de los Obispos de la Iglesia Católica en Florida, el arzobispo Thomas Wenski —máximo líder católico de Miami— apeló a los funcionarios para que pausen todas las «redadas» y arrestos de inmigrantes durante la Navidad y hasta la Fiesta de la Epifanía, que los católicos celebran el 6 de enero.
“Es una solicitud muy simple”, dijo Wenski durante una conferencia de prensa el lunes. “No les pedimos que reviertan sus políticas, lo cual esperaríamos que hicieran. Solo les pedimos que hagan una pausa para que podamos pasar las fiestas navideñas sin que la gente esté paralizada por el miedo”.
El arzobispo argumentó que una pausa temporal daría a las personas tiempo para estar con sus familias durante la Navidad “sin miedo a ser arrestadas o llevadas bajo custodia”.
Cifras que preocupan a la Iglesia
En la declaración conjunta, los obispos de Florida señalaron que el objetivo inicial de remover “criminales peligrosos” se ha logrado “en gran medida”. Sin embargo, revelaron datos alarmantes:
- Más de medio millón de personas han sido deportadas este año.
- Casi dos millones más han salido voluntariamente del país.
El llamamiento continúa diciendo que, en este punto, “muchas de estas operaciones de arresto inevitablemente arrastran a personas que no son criminales, sino que solo están aquí para trabajar”.

Un contexto de condena global
La súplica a la Casa Blanca y al gobernador de Florida llega en un momento en que la Iglesia Católica ha estado intensificando esfuerzos unificados para pedir más humanidad en el sistema de inmigración y condenar la agenda de deportaciones masivas de la administración.
El mes pasado, el Papa Leo XIV condenó el trato a los migrantes en Estados Unidos como “extremadamente irrespetuoso”. Leo, el primer papa nacido en Estados Unidos, ha sido un vocal defensor de los derechos de los inmigrantes y dijo que la iglesia está “entristecida por el estado del debate contemporáneo y la vilificación de los inmigrantes”.
Esta postura se alinea con un mensaje similar de la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. en noviembre, que expresó preocupación por los inmigrantes en el país, así como por las políticas gubernamentales que los afectan.
Acciones concretas y protestas en Miami
En la conferencia de prensa del lunes, Wenski mencionó una protesta organizada por católicos el mes pasado en los tribunales de inmigración del centro de Miami como un ejemplo de lo que los católicos en todo el país pueden hacer para apoyar las acciones de la iglesia en general.
Dijo que las vigilias y marchas son “muy buenas para llamar la atención de la gente sobre el problema”, pero que la iglesia está tratando de trabajar con funcionarios electos para crear “una legislación más humana en torno a la inmigración, no estas leyes draconianas”.

Casos específicos y esfuerzos legales
Wenski señaló que comprende la necesidad de la deportación, especialmente en el caso de criminales peligrosos o violentos, pero destacó que algunos grupos en Miami —como los haitianos, nicaragüenses y venezolanos— enfrentan la complejidad de que un programa de estatus temporal está llegando a su fin.
“Nunca fueron ilegales en este país un día en su vida hasta que el programa termina. Estamos hablando de personas como si fueran infractores graves de la ley, y no lo son”, afirmó.
El arzobispo también mencionó otros esfuerzos de la Iglesia Católica para enfrentar las políticas duras de inmigración, incluyendo el trabajo de Servicios Legales Católicos, la defensa de la “Ley de Dignidad” para ayudar a otorgar estatus legal a algunos migrantes, y la celebración de misas en Alligator Alcatraz para asegurar que los migrantes reciban atención pastoral durante la detención.
Un mensaje final claro
El llamado de Wenski fue concluyente y apeló al espíritu de la temporada: “El punto principal hoy es hagamos una pausa”, dijo, “y no sean el Grinch que robó la Navidad”.
Hasta el momento, la oficina del gobernador y la Casa Blanca no habían respondido a las solicitudes de comentarios.