El gobierno de Donald Trump deportó a cientos de migrantes venezolanos a El Salvador utilizando una ley de 1798, pese a una orden del juez federal James E. Boasberg que intentó detener los vuelos. 
El presidente salvadoreño Nayib Bukele celebró la acción con un irónico «Oopsie…Too late» en redes sociales, mientras Marco Rubio defendió el traslado de 250 presuntos pandilleros.
Venezuela calificó las deportaciones como «un retroceso a los campos de concentración nazis», mientras la ACLU investiga si se violó la orden judicial. Steve Vladeck, experto legal de Georgetown, advirtió sobre el peligroso precedente: «Incentiva a los tribunales a ser hiperespecíficos en sus órdenes».
El juez Boasberg mantendrá una audiencia este viernes para evaluar la constitucionalidad del uso de esta ley, mientras los deportados permanecen en custodia federal por 14 días. «Una vez fuera del país, poco puedo hacer», admitió el magistrado.
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