Desde 2018, más de 100 mil millones de galones de aguas residuales, basura y aguas pluviales han cruzado la frontera desde Tijuana hasta San Diego, contaminando playas y afectando la salud pública. 
El administrador de la EPA, Lee Zeldin, exige a México asumir costos de infraestructura:
«México debe cumplir su compromiso de controlar esta contaminación. Se acabó la tolerancia a excusas»
Mientras, la administración Trump ha congelado $35 millones anuales de financiamiento para proyectos binacionales, según fuentes anónimas.
Jayne Harkins, exfuncionaria de la Sección de Aguas Internacionales, explica: «México reconoce el problema, pero carece de recursos. Para ellos, el impacto es solo en EEUU».
Aunque en 2020 se destinaron $300 millones a una planta tratadora internacional, expertos como Martha Guzman advierten: «Sin sistemas de recolección en México, el tratamiento es inútil». 
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