Controversia en la experiencia de pago de ChatGPT
OpenAI se encuentra en medio de una polémica tras recibir quejas de sus suscriptores de pago de ChatGPT, quienes reportan haber visto mensajes promocionales de empresas como Peloton y Target dentro de la plataforma. La compañía insiste en que no hay anuncios activos, pero reconoce que «se quedó corta» en la presentación de ciertas sugerencias.

Respuesta ejecutiva: ¿Pruebas de publicidad o sugerencias de apps?
Frente a las quejas, altos ejecutivos de la empresa salieron a aclarar la situación. Nick Turley, responsable de ChatGPT, afirmó el viernes que «no hay pruebas en vivo para anuncios» y que cualquier captura de pantalla circulante «o no es real o no son anuncios».
«Si decidimos perseguir los anuncios, tomaremos un enfoque reflexivo. La gente confía en ChatGPT y todo lo que hagamos estará diseñado para respetar eso», escribió Turley.
Sin embargo, Mark Chen, director de investigación de OpenAI, adoptó un tono más conciliador. «Estoy de acuerdo en que cualquier cosa que se sienta como un anuncio debe manejarse con cuidado, y nos quedamos cortos», admitió. Chen detalló que han desactivado ese tipo de sugerencias temporalmente para mejorar la precisión del modelo y que están evaluando mejores controles para que los usuarios puedan reducir o apagar la función.
El contexto detrás de la confusión
OpenAI explicó que los mensajes eran parte de una prueba para mostrar aplicaciones construidas sobre la plataforma de apps de ChatGPT, lanzada en octubre, y que no tenían «ningún componente financiero». Un usuario respondió con escepticismo a esta aclaración: «Bruhhh… No insultes a tus usuarios de pago».
Una «alerta roja» interna y el futuro de la publicidad
La polémica se da en un momento clave para OpenAI. A principios de este año, la ex ejecutiva de Instacart y Facebook, Fidji Sumo, se unió a la empresa como CEO de Aplicaciones, y se esperaba ampliamente que desarrollara el negocio publicitario.
No obstante, un informe del Wall Street Journal reveló esta semana que una nota interna del CEO Sam Altman declaró un «código rojo», priorizando el trabajo para mejorar la calidad de ChatGPT y posponiendo otros productos, incluida la publicidad.
La empresa se enfrenta así al desafío de equilibrar la monetización de su innovadora plataforma con la preservación de la confianza de sus usuarios, quienes han pagado precisamente por una experiencia libre de interrupciones publicitarias.