Hace más de dos décadas, la transformación de los moteles junto al mar de Sunny Isles Beach en lujosos condominios y hoteles de gran altura comenzó con confianza. Los desarrolladores creían comprender los desafíos de erigir torres masivas sobre arena movediza. Se equivocaron.
La realidad resultó ser mucho más compleja. En solo unos años, los ingenieros descubrieron que habían subestimado cuánto se hundirían algunos edificios en esta isla barrera, compuesta de capas variables de arena, limo, turba y piedra caliza porosa. Un análisis de decenas de informes de ingeniería geotécnica que cubren casi todos los edificios a lo largo del multimillonario horizonte de la ciudad revela una lucha continua por predecir con precisión el hundimiento.
Al menos un puñado de torres se han hundido entre dos y tres veces más de lo previsto. Los informes, cruciales para el diseño de cimentaciones, muestran que, a pesar de que los pilotes se hunden cada vez más profundo para torres más altas y pesadas, algunos edificios frente al mar aún se asentaron en cantidades que desconcertaron a los ingenieros.
Un estudio liderado por la Universidad de Miami, publicado el año pasado y basado en mediciones satelitales, identificó 35 edificios que experimentaron hundimiento entre 2016 y 2023 a lo largo de las islas barrera de Miami-Dade. La larga y reluciente hilera de edificios frente al mar de Sunny Isles fue la más afectada: aproximadamente el 70% de estos edificios se hundieron entre casi una pulgada y poco más de 3 pulgadas durante esos ocho años.
«La predicción del asentamiento de torres pesadas en el sur de Florida es extremadamente difícil. Esta tarea históricamente ha sido aún más compleja y difícil en el área de Sunny Isles Beach», concluyen los informes geotécnicos de 2023 para los proyectos Bentley Residences y St. Regis.
Los informes detallan varios ejemplos de subestimación:
«Normalmente, es menor de lo que predicen», dijo John Pistorino, un ingeniero con más de 40 años de experiencia que ayudó a redactar el código de construcción del sur de Florida.
Más de una docena de expertos consultados coinciden en que no hay preocupaciones inmediatas de seguridad estructural y no hay informes públicos de daños o reparaciones. Sin embargo, su mayor inquietud es la falta de monitoreo del movimiento post-construcción de estas torres.
«Creo que esto es algo de lo que potencialmente sufre todo el sur de Florida», dijo Anil Misra, director del departamento de ingeniería civil y ambiental de la Universidad Internacional de Florida. «Absolutamente necesitamos encontrar formas alternativas para los cimientos y diferentes maneras de construir, pero primero necesitamos averiguar qué causa el asentamiento».
Robert Gilbert, de la Universidad de Texas en Austin, señaló que en la ingeniería geotécnica la incertidumbre es mayor que en otras disciplinas. «Desafortunadamente, en mi mundo, en la ingeniería geotécnica, el ‘no estar seguro’ es más que en muchas otras disciplinas dentro de la ingeniería».
Bajo la ley de Florida, son los dueños de condominios y las asociaciones —no los desarrolladores— quienes probablemente enfrenten las facturas si surgen problemas significativos décadas después. El estado permite demandas por defectos estructurales solo por siete años, un período reducido desde diez en 2023.
«Es un período corto de tiempo para que algo se descubra», dijo Frank Soto, un abogado especializado en litigios por defectos de construcción en rascacielos en Miami.
Hector Silva, presidente de Prive Advisory Group en Miami, que asesora a compradores potenciales de condominios de lujo, dijo que estos hallazgos son «información pública importante que tenemos el deber de divulgar a los compradores».
Los desarrolladores continúan buscando soluciones. Para el Bentley Residences, de 716 pies de altura, los ingenieros recomiendan pilotes de 200 pies de profundidad, más del doble que las primeras torres de la ciudad y más profundo que los cimientos del Burj Khalifa en Dubai en proporción a la altura.
«Doscientos pies de cimentación es increíble… es posible, pero está entre los más largos», dijo Misra. El informe también señala que esta es la profundidad máxima alcanzable con el sistema de pilotes actualmente utilizado.
Mientras tanto, la alcaldesa de Sunny Isles Beach, Larisa Svechin, restó importancia a las preocupaciones, diciendo que los desarrolladores «trabajan con ingenieros de clase mundial, a menudo excediendo los estándares de seguridad» y que la ciudad no ha recibido informes de problemas estructurales relacionados con un hundimiento excesivo.
Los expertos y autores del estudio de la UM han pedido un mejor monitoreo y que los datos se compartan públicamente para que expertos independientes puedan evaluar lo que está sucediendo. La pregunta crucial sigue sin respuesta: ¿las torres continuarán hundiéndose o se estabilizarán?
Sin un programa formal de monitoreo, hay poco incentivo para que los desarrolladores o incluso los propietarios actuales rastreen el hundimiento continuo, un factor que podría afectar las ventas y los valores de las propiedades a largo plazo en este emblemático tramo de costa floridana.
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