La administración Trump enfrenta un revés legal histórico tras dos órdenes judiciales que exigen la reinstalación de miles de trabajadores federales despedidos. Mientras agencias como el Departamento de Energía ya comenzaron a llamar a empleados, otras como Defensa esperan instrucciones de la Casa Blanca. 
«Ni siquiera los reinstalados confían», revela un empleado anónimo que prefiere buscar otros trabajos ante el temor de nuevos recortes. 
Fuentes internas revelan que usarán las decisiones judiciales para construir una «narrativa contra jueces activistas», mientras avanzan con su plan de reducción gubernamental. «No nos intimidarán por activistas con togas negras», declaró un oficial.
En el Departamento de Agricultura, empleados reportan «un proceso desorganizado»: algunos reciben pagos retroactivos pero siguen en licencia administrativa, otros no han sido contactados. 
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