Una Tradición Centenaria en Semana Santa
Miles de peregrinos católicos caminan hacia el Santuario de Chimayó en Nuevo México durante la Semana Santa, en un viaje que combina fe, historia y paisajes desérticos. Este año, los fieles llegaron el Viernes Santo bajo un clima fresco con lluvias ligeras.

El Poder Curativo de la Tierra Sagrada
- El santuario alberga un pozo de tierra considerado milagroso, donde los visitantes dejan muletas, aparatos ortopédicos y notas de agradecimiento.
- La tradición se remonta al siglo XIX, cuando se encontró aquí un crucifijo vinculado a la basílica de Esquipulas en Guatemala.
Arte y Cultura en un Escenario Histórico
Declarado Hito Histórico Nacional, el santuario destaca por su arquitectura de adobe, frescos religiosos y tallados de madera (bultos). Además, una capilla dedicada al Santo Niño de Atocha exhibe cientos de zapatos infantiles como ofrendas.

Testimonios de Fe
«Todos iban a Chimayó. No tenías que ser católico. Era un lugar espiritual poderoso», relata el fotógrafo Miguel Gandert, quien documentó la peregrinación de 1996.
Un Viaje de Sacrificio y Comunidad
Algunos peregrinos caminan hasta 32 km desde Santa Fe, cargando cruces y enfrentando el terreno árido. Voluntarios y autoridades vigilan la seguridad de los caminantes, mientras vendedores ofrecen artículos religiosos y alimentos.