El Dilema entre el Control y la Compasión
Virginia Dieppa, de 70 años, dedica parte de su pensión y tiempo a alimentar decenas de gatos callejeros cerca del estacionamiento de Lowe’s en Kendall. Con nombres como Patches y Midnight, estos felinos dependen de su ayuda. Sin embargo, su labor enfrenta obstáculos: quejas de negocios locales y una propuesta legislativa fallida que buscaba multar con $100 a quienes alimenten animales en propiedades comerciales o públicas.

El Programa TNR: Una Solución Controversial
Desde 2012, Miami-Dade implementó el programa «Trampa, Esterilización y Retorno» (TNR), liberando 17,800 gatos esterilizados en 2023. Aunque el condado afirma que estos animales pueden «sobrevivir solos», voluntarios como Samuel Muvdi argumentan que muchos tienen discapacidades y necesitan asistencia constante.
La Legislación que Desató la Controversia
La comisionada Raquel Regalado propuso la ordenanza para evitar «condiciones insalubres» y daños ambientales, pero la retiró tras críticas.
«Si la gente quiere mantener el status quo, así será», declaró Regalado.

Impacto Ambiental vs. Bienestar Animal
- Preocupaciones ecológicas: 1 billón de aves mueren al año por gatos (American Bird Conservancy).
- Postura de PETA: Apoya el TNR solo si hay supervisión continua.
Un Futuro Incierto para los Voluntarios
Aunque la ordenanza se archivó, el letrero «NO ALIMENTAR GATOS» en Lowe’s refleja la tensión persistente. Alicia Carnevale, otra cuidadora, invirtió $400 en esterilizaciones y teme por la supervivencia de los felinos: «Sin nosotros, probablemente morirían».
