Venezuela: Una lucha de dos décadas llega al Nobel de la Paz
Este miércoles, María Corina Machado, líder opositora venezolana, utilizó su conferencia del Premio Nobel de la Paz para entregar un relato exhaustivo de la lucha de su país contra el autoritarismo. Su mensaje, leído en Oslo por su hija Ana Corina Sosa Machado, retrató la crisis venezolana como una advertencia global sobre el costo de la libertad.

Machado, quien vive en la clandestinidad en Venezuela, no pudo asistir personalmente a la ceremonia. Sin embargo, su hija anunció que esperaba abrazarla en Oslo «en solo unas horas» después de 16 meses de separación, y que la líder opositora tiene la intención de regresar a Venezuela «muy pronto».
El diagnóstico: De la prosperidad al colapso institucional
En su discurso, Machado trazó el arco de la historia venezolana, desde la independencia hasta la prosperidad petrolera del siglo XX y el posterior desmantelamiento de las instituciones democráticas bajo Hugo Chávez y Nicolás Maduro. «Desde 1999 en adelante, el régimen desmanteló nuestra democracia», afirmó.
- Consecuencias económicas: En dos décadas, la economía se contrajo más del 80% y la pobreza superó el 86%.
- Crisis humanitaria: Casi nueve millones de personas huyeron del país, un éxodo descrito como «una herida abierta».
El renacer cívico: Primarias y elecciones presidenciales
Machado destacó el punto de inflexión en 2023, cuando la oposición organizó elecciones primarias pese a la represión. «Ese día, el amor derrotó al miedo», dijo. En los comicios del 22 de octubre de 2023, ganó por amplio margen, pero fue inhabilitada para candidatear a la presidencia.

La oposición se unió entonces detrás del exdiplomático Edmundo González Urrutia. Para las elecciones presidenciales de julio de 2024, los activistas crearon una vasta red de voluntarios para proteger el voto, usando desde aplicaciones hasta antenas Starlink clandestinas.
González ganó con el 67% de los votos. La respuesta del régimen, según Machado, fue el «terrorismo de Estado»: arrestos, desapariciones, torturas y abusos sexuales, incluso contra menores, hechos que calificó como crímenes contra la humanidad.
El camino hacia la transición
Pese a la represión, Machado insistió en que Venezuela ha cruzado un punto de no retorno. «Durante estos últimos dieciséis meses en la clandestinidad hemos construido nuevas redes de presión cívica y desobediencia disciplinada», declaró, preparándose para una transición ordenada a la democracia.
«La paz es en última instancia un acto de amor», afirmó Machado, rechazando que pueda existir paz sin democracia.
Su visión del futuro incluye escenas íntimas de reconciliación: presos políticos saliendo a la luz, calles llenas de música y, sobre todo, el reencuentro familiar. «El mundo será testigo de una de las visiones más conmovedoras de nuestro tiempo: nuestros seres queridos volviendo a casa», concluyó.