Crisis diplomática: Maduro insiste en la unidad nacional mientras EE.UU. planea operaciones en territorio venezolano
En medio de una creciente ofensiva militar de Estados Unidos contra las redes de narcotráfico vinculadas a Venezuela, el líder venezolano Nicolás Maduro ha salido a las calles para proyectar una imagen de firmeza y unidad, asegurando que los venezolanos están listos para tomar las armas en defensa de su régimen.

La advertencia de Washington y la respuesta de Caracas
Maduro, acusado por Estados Unidos de liderar el Cartel de los Soles, fue advertido en una llamada telefónica a fines del mes pasado por el presidente Donald Trump y el secretario de Estado Marco Rubio de que tenía una ventana estrecha para salir del país de manera segura con su familia inmediata.
Públicamente, Maduro no ha mostrado señales de preparar una huida apresurada desde Caracas, aunque los rumores de una partida inminente han consumido la capital en los últimos días.
Reunión en la Oficina Oval y muestra de desafío
El lunes por la noche, Trump convocó a altos funcionarios de seguridad nacional y asesores principales para una reunión de alto riesgo en la Oficina Oval, con el fin de trazar la siguiente fase de la campaña contra el cartel, una operación que el presidente ya dijo se extenderá al territorio venezolano.
Horas antes de esa reunión, Maduro apareció bailando en un evento público, en una clara muestra de desafío hacia Washington. «Hemos vivido 22 semanas de agresión que pueden describirse como terrorismo psicológico», dijo fuera del palacio presidencial de Miraflores. «Hoy, venezolanos de diferentes persuasiones ideológicas, con una sola voz, más del 94% de la opinión pública rechaza y repudia la amenaza militar imperialista».

La realidad según encuestas y las conversaciones fallidas
Las encuestas independientes pintan un panorama muy diferente. Un sondeo de Panterra, con sede en Londres, publicado a fines de septiembre, encontró que 70% de los venezolanos ya no se identifica con el movimiento socialista fundado por Hugo Chávez, y una mayoría apoyaría una intervención estadounidense para remover a Maduro del poder.
Durante meses, representantes de Maduro y funcionarios estadounidenses mantuvieron conversaciones discretas sobre un posible acuerdo de salida para el presidente, quien ha gobernado Venezuela por más de 12 años. En muchas de estas discusiones, los negociadores del régimen propusieron que Maduro renunciaría a cambio de amnistía, mientras que uno de sus lugartenientes asumiría la presidencia y supervisaría una transición.
Los tres puntos de ruptura en la llamada crucial
Una propuesta similar surgió en la llamada de 15 minutos entre Caracas y Washington hace 10 días. Según fuentes familiarizadas con el intercambio, la conversación, destinada a desescalar la crisis, colapsó casi de inmediato.
- Primer punto: Maduro pidió amnistía global para cualquier crimen cometido por él y su grupo, lo cual fue rechazado.
- Segundo punto: Solicitó retener el control de las fuerzas armadas, ofreciendo a cambio elecciones libres, en un modelo similar al de Cuba o Nicaragua de 1991. La administración Trump lo rechazó rotundamente.
- Tercer punto: Washington insistió en que Maduro renunciara inmediatamente. Caracas se negó.
Acusaciones y recompensas millonarias
Estados Unidos ha acusado durante mucho tiempo a Maduro y su círculo íntimo de dirigir el Cartel de los Soles. En 2020, el Departamento de Justicia imputó al líder venezolano y a más de una docena de altos funcionarios, etiquetando al régimen como una «empresa narcoterrorista». Washington ha ofrecido una recompensa de $50 millones por Maduro (la más alta para un jefe de estado en funciones) y $25 millones por el peso pesado del partido oficialista Diosdado Cabello.
Trump anunció la semana pasada que las operaciones antinarcóticos de EE.UU., que hasta ahora se centraban en destruir lanchas rápidas sospechosas de transportar drogas por el Caribe, pronto se extenderían al suelo venezolano. En una llamada con miembros del servicio en Acción de Gracias, dijo que el ejército «muy pronto» lanzaría esfuerzos terrestres para interrumpir lo que llamó las redes de tráfico venezolanas.
La llamada de hace 10 días, vista por ambas partes como una última oportunidad para evitar un enfrentamiento directo, se rompió por estos tres puntos principales, dejando la situación en un estado de alta tensión y con rumores de una escalada militar inminente.