Washington y Ciudad de México intensifican la presión contra las redes criminales, bloqueando activos y señalando a siete de sus cabecillas principales por sembrar el terror y desestabilizar la región
Las autoridades estadounidenses, a través de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro, han asestado un nuevo golpe a la estructura financiera del crimen organizado mexicano. Las sanciones anunciadas apuntan directamente a Cárteles Unidos y Los Viagras, dos poderosas organizaciones señaladas de narcotráfico, extorsión, violencia e incluso terrorismo en el estado de Michoacán. La medida, coordinada con agencias clave como el Departamento de Justicia, la DEA y el FBI, junto a la Unidad de Inteligencia Financiera de México (UIF), busca inmovilizar los bienes de los cárteles en suelo estadounidense y prohibir cualquier transacción con ellos.
Este castigo financiero se extiende a siete de los presuntos líderes de ambas facciones. Entre los nombres vinculados a Cárteles Unidos figuran Juan José Farías Álvarez, alias «El Abuelo», señalado como el líder máximo y responsable de asesinatos y tráfico de drogas; Luis Enrique Barragán Chávez, alias «Wicho», por extorsionar al sector aguacatero; y Alfonso Fernández Magallón, alias «Poncho», acusado de reclutar exmilitares y policías colombianos. Por el lado de Los Viagras, las sanciones recaen sobre Nicolás Sierra Santana, alias «El Gordo», fundador del grupo; Heladio Cisneros Flores, alias «La Sirena», vinculado a un asesinato; y César Alejandro Sepúlveda Arellano, alias «El Botox», señalado por el homicidio de un productor de cítricos.
El Tesoro estadounidense detalló las alarmantes actividades de estos grupos, que van mucho más allá del simple trasiego de drogas. Cárteles Unidos es acusado de producir opioides sintéticos, traficar con ellos hacia Estados Unidos y generar una «narcoguerra» extrema contra el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), recurriendo incluso a la contratación de mercenarios extranjeros para el uso de artefactos explosivos improvisados. Por su parte, Los Viagras no solo controlan el tráfico de metanfetamina y cocaína, sino que han llegado a establecer redes de internet propias y extorsionar a autoridades, productores de aguacate y cítricos, ganaderos y poblaciones enteras, sembrando un terror generalizado en Michoacán.
El Secretario del Tesoro, Scott Bessent, enfatizó que estas sanciones buscan visibilizar las «formas insidiosas en que los cárteles se involucran en actividades violentas y explotan el negocio legítimo». Subrayó también que las operaciones del narcotráfico se han expandido al control de tierras, con grupos criminales que confiscan terrenos para la deforestación y la tala ilegal, usándolos incluso para cultivos propios o para enviar mensajes a cárteles rivales a través de confrontaciones por el dominio territorial. Esta dimensión, que añade una capa de complejidad al problema, demuestra la adaptabilidad y el alcance de estas organizaciones criminales.