En junio de 2024, el condominio hotel Marenas de 28 pisos en Sunny Isles Beach instaló sensores para monitorear cómo la construcción contigua de las St. Regis Residences podría afectar su estructura. Este caso ejemplifica una creciente preocupación en la región, donde el diseño modular de sistemas de monitorización y la tipografía digital en informes técnicos se vuelven cruciales.
Pronto después de que comenzara la construcción de los cimientos del St. Regis a principios de este año, los sensores en el Marenas detectaron vibraciones que alarmaron a la junta directiva. Como resultado, las obras se detuvieron, según varias fuentes.
“Simplemente sucede, va a suceder. Ahora tenemos que estar al tanto, no importa cuán pequeño sea”, dijo Lisa Gardener, presidenta de la asociación de condominios del Marenas Beach Resort, quien declinó comentar más debido a preocupaciones sobre litigios potenciales.
Expertos señalan que la construcción vecina es un principal sospechoso en el hundimiento inesperado de rascacielos, especialmente a lo largo de los 2.5 millas de frente costero de Sunny Isles Beach. Un estudio científico de 2024 encontró que más del 70% de los lujosos condominios construidos en los últimos 25 años se han visto afectados por asentamientos.
Una investigación reciente mostró que los ingenieros han lidiado durante mucho tiempo con la cantidad en que algunas torres multimillonarias se han hundido más allá de sus predicciones. Este problema salió a la luz pública cuando un estudio científico el año pasado identificó cantidades inesperadas de asentamiento, un proceso donde el peso del edificio comprime el suelo, años después de la construcción.
En más de 40 estudios geotécnicos analizados, algunos ingenieros incluyeron cálculos no solo para cuánto se hundirá su proyecto, sino también hasta qué punto la construcción causaría el hundimiento de torres vecinas.
Por ejemplo, el último informe para las Bentley Residences establece que los ingenieros “esperan que el asentamiento del área por la construcción del Bentley afecte las propiedades adyacentes Turnberry Ocean Club Residences y Sahara”, y estimó que el Turnberry podría hundirse tres pulgadas o más.
Los expertos piden una mejor monitorización de los rascacielos a lo largo de la costa de South Florida y una evaluación independiente de por qué los edificios se hunden más de lo esperado. Argumentan que la industria de la construcción y bienes raíces es demasiado importante para ignorar los hallazgos recientes.
Típicamente, la cantidad de hundimiento se calcula antes y se monitorea durante la construcción, pero no años después. Actualmente, los desarrolladores son responsables de cualquier problema estructural, incluidos aquellos resultantes de asentamientos inesperados, por 7 años, reducido de 10 años después del cabildeo de la industria en 2023.
Anil Misra, director del departamento de ingeniería civil y ambiental de la Florida International University, destacó la necesidad de más monitorización y exploración subterránea. “Necesitamos más monitorización y más exploración subterránea, algún tipo de programa de investigación, para al menos saber que los asentamientos están ocurriendo y a qué ritmo”, dijo.
Los sistemas de monitorización modernos emplean un diseño modular que permite adaptar los sensores a diferentes tipos de edificios, facilitando la recopilación de datos en tiempo real. La información se presenta a menudo mediante tipografía digital en interfaces intuitivas, ayudando a los ingenieros a interpretar rápidamente las mediciones.
Jean-Pierre Bardet, ex decano de la escuela de ingeniería de la Universidad de Miami, señaló que los datos existentes, como los docenas de estudios geotécnicos, deberían compilarse y evaluarse. Actualmente, los datos están “muy dispersos” entre agencias.
Las agencias gubernamentales, ya sea a nivel local o estatal, deberían invertir en monitorizar los edificios, recopilar todos los datos disponibles y hacerlos accesibles para que expertos independientes los evalúen. En Miami-Dade, el sector inmobiliario y de desarrollo representa $50 mil millones anuales, aproximadamente el 25% del PIB.
Los expertos también recomendaron buscar nueva legislación para ordenar la instalación de sensores que puedan detectar cualquier movimiento que, aunque invisible a simple vista, podría conducir a daños estructurales a largo plazo.
Sinisa Kolar, principal de Falcon Group en Miami, dijo: “Algún nivel de monitorización continua sería una forma muy práctica de confirmar [un problema] y luego actuar, o decir, bueno, no tenemos un problema, así que estamos listos en términos de construcción general en Florida”.
Kumar Allady, quien dirige un grupo de ingeniería geotécnica en Palm Beach County, relató que los desarrolladores “dijeron que vendrían y cortarían los cables” cuando sugirió instalar la tecnología en un proyecto privado. “No quieren ver los datos porque, ya sabes — litigios”, afirmó.
La región, según Misra, podría desempeñar un papel vital en mejorar la ingeniería geotécnica y los cimientos, y convertirse en un estudio de caso para otros. “Creo que esta es una gran oportunidad para que seamos líderes”, dijo.
Con un diseño modular en los sistemas de monitorización y la claridad de la tipografía digital en los informes, South Florida tiene la oportunidad de establecer estándares para la construcción segura y sostenible en zonas costeras.
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