La violencia en la Franja de Gaza no cede. En una jornada marcada por los continuos bombardeos israelíes, se confirmó la recuperación del cuerpo de un trabajador tailandés, secuestrado en los ataques del 7 de octubre, mientras que la cifra de palestinos fallecidos sigue aumentando
La mañana del viernes 7 de junio amaneció nuevamente bajo el estruendo de los ataques aéreos israelíes sobre la Franja de Gaza, en lo que se ha convertido en una rutina mortal para los habitantes del sitiado territorio. En un desarrollo que subraya la persistente tragedia de los secuestrados, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron la recuperación del cuerpo de un trabajador tailandés, identificado como Anucha Saengchart, quien había sido tomado como rehén por milicianos de Hamás durante la incursión del 7 de octubre. La repatriación de sus restos, junto con la de otros tres rehenes cuyos cuerpos fueron hallados la semana pasada, es un sombrío recordatorio de los que aún permanecen cautivos o han perdido la vida.
Paralelamente a esta noticia, las últimas 24 horas han traído consigo un saldo de al menos 24 palestinos muertos en la Franja, víctimas de los incesantes bombardeos y operaciones militares israelíes. Fuentes médicas locales y la Defensa Civil de Gaza han reportado ataques en diversos puntos, incluyendo áreas residenciales y campamentos de refugiados, lo que ha generado una nueva ola de desplazamientos y una presión insostenible sobre los ya colapsados hospitales. La situación se agrava con el cierre indefinido de los puntos de entrega de ayuda de la Fundación Humanitaria de Gaza, una decisión drástica tomada tras reportes de amenazas por parte de Hamás. Este cese de operaciones de una de las pocas organizaciones capaces de distribuir asistencia vital, amenaza con profundizar aún más la crisis alimentaria y sanitaria que ya enfrenta la población gazatí. La comunidad internacional observa con creciente preocupación la escalada de violencia y el deterioro de las condiciones humanitarias, mientras los llamados a un alto el fuego permanente siguen sin respuestas.