El Presidente de la Organización Mundial por la Paz, Carlos Peralta, dice un NO a la guerra.

Expone esta tesis a los señores Secretarios Generales y a embajadores de OPP, OMPP y WOFP, los cuales han dado un amplio apoyo a su postura

La humanidad siempre ha vivido guerras salvajes y fueron ellas las que destruyeron poblaciones enteras de inocentes; hoy el ser humano ha crecido y es consciente del gran valor de cada vida humana, la cual, si se cotiza en un mercado, tiene un valor inestimable, pues hoy todos conocemos la diferencia entre el bien y el mal. Hemos entrado, desde el 1 de enero de 2001, en el Tercer Milenio del Calendario Gregoriano, donde todo se ve muy claro y nada se oculta; en estos tiempos en los que la comunicación humana prevalece en todo ámbito, lo que se oculta por interés de una parte, por otra sale al descubierto.

Es muy importante no repetir los antiguos errores de un pasado cercano, como ha sucedido en la Primera y Segunda Guerra Mundial, sin olvidar a una humanidad que vivió en guerra por milenios, reduciendo sin pausa poblaciones enteras. La Biblia, en su Antiguo y Nuevo Testamento, fue marcando decretos basados en mandatos de un padre de todos, el cual marcó leyes de buena convivencia recíproca y con muy claras enseñanzas del respeto al semejante, ya que todos somos parte de una gran Familia Universal. En el ser humano, el error siempre fueron los territorios en disputa, que se tornan más violentos desde que se han marcado fronteras por errores o continuas ambiciones desmedidas, donde siempre se iniciaron luchas contra el propio hermano, cercano o lejano.

La Primera Guerra Mundial: Antecedentes y consecuencias

La Primera Guerra Mundial comenzó el 28 de julio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918. El conflicto que originó esta guerra se inició tras el asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo, el 28 de junio de 1914. Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia un mes después, el 28 de julio, lo que activó un complejo sistema de alianzas que arrastró a las principales potencias europeas al conflicto.

La guerra terminó con la firma del Armisticio de Compiègne (ciudad francesa) el 11 de noviembre de 1918, siendo un acuerdo que marcó la rendición de Alemania ante los Aliados. Formalmente, la paz se estableció con la firma del Tratado de Versalles el 28 de junio de 1919. La Primera Guerra Mundial causó entre 15 y 30 millones de muertes en el total estimado una vez finalizada, con datos logrados en esos momentos, incluyendo aproximadamente 9-10 millones de militares y entre 6 y 13 millones de civiles debido a combates, enfermedades y genocidios, siendo uno de los conflictos más mortíferos de la historia.

Detalles de las muertes en la Gran Guerra

Militares: Alrededor de 9 a 11 millones de soldados murieron, con cifras que varían según la fuente.

Civiles: Las estimaciones son más amplias, entre 6 y 13 millones, incluyendo víctimas de genocidios. Como causa y efecto, llegó la hambruna y se sumaron enfermedades como la gripe española de 1918.

Heridos: Además de los fallecidos, unos 20 millones de hombres resultaron heridos en combate, de los cuales muchos tuvieron una muerte prematura.

Las cifras exactas son difíciles de determinar, pero consistentemente se habla de nuevos cálculos actuales donde se estima, con nuevas informaciones, que se llega a los 50 millones de muertes en ambos bandos, con aproximadamente dos tercios de las muertes militares ocurriendo en combate.

La Segunda Guerra Mundial y el avance hacia la paz global

La Segunda Guerra Mundial comenzó el 1 de septiembre de 1939 con la invasión alemana a Polonia y terminó oficialmente el 2 de septiembre de 1945 con la rendición formal de Japón, tras seis años de conflicto que concluyeron con la rendición de Alemania en mayo de ese mismo año en Europa.

1 de septiembre de 1939: La Alemania nazi invade Polonia, lo que lleva a Francia y al Reino Unido a declararle la guerra a Alemania el 3 de septiembre, marcando el inicio del conflicto.

Mayo de 1945: Alemania se rinde incondicionalmente ante los Aliados (el 7 de mayo ante los occidentales, con mayor fuerza de los EE. UU., y el 8/9 de mayo ante los soviéticos de la URSS), poniendo fin a la guerra en Europa y marcando el Día de la Victoria en la Europa Occidental y Soviética respectivamente, liberando la Europa del Este y estableciendo la ocupación aliada.

El papel crucial de la URSS, denominado el Frente Oriental, en la guerra entre la URSS y Alemania, fue el frente más sangriento de esta Segunda Guerra Mundial con el avance del Ejército Rojo. La Batalla de Berlín fue el asalto final, donde la resistencia fanática de tropas nazis y jóvenes hitlerianos fue inútil ante el poder de la antigua Rusia. Esto es lo que no debe volverse a repetir nunca más en un mundo donde todos somos una misma familia. Ninguna guerra por fanatismo o llevada por un líder cuyo ego domina a una población a la fuerza, como sucedió con Hitler, es aceptable; es muy peligrosa por las vidas humanas que se pierden inútilmente.

El 2 de septiembre de 1945, Japón firma su rendición formal a bordo del buque acorazado americano USS Missouri (BB-63), un evento que marca el fin oficial de la Segunda Guerra Mundial a nivel global. Los «muertos inocentes», término que así determina el pensamiento humano de la Organización Mundial por la Paz, se acercan a los 90 millones en la Segunda Guerra Mundial. «Todos cantan cuando van empujados a la guerra, pero ninguno cuando regresa». Ese aforismo del escritor y poeta José Narosky, de origen argentino, es tan exacto a la realidad.

Se estima que la Segunda Guerra Mundial causó entre 30 y 85 millones de muertes, siendo el conflicto más mortífero de la historia, con un número abrumador de víctimas civiles (unos 40 millones) y militares (unos 20 millones), incluyendo 6 millones de judíos asesinados en el Holocausto, además de polacos, soviéticos y otros grupos perseguidos por el régimen nazi, siendo la Unión Soviética y China las naciones que sufrieron las mayores pérdidas.

Detalles por nación en la Segunda Guerra Mundial

Unión Soviética: 14 millones de civiles y millones de militares (incluyendo muchos judíos).

China: Más de un millón de civiles y más de 1.3 millones de militares.

Polonia: Casi 5 millones de muertos, incluyendo 3 millones de judíos.

Alemania: Más de 2 millones de militares.

Japón: 1.5 millones de militares.

Estados Unidos: Cerca de 300,000 militares.

Impacto total: Muertes civiles: Alrededor de 40 millones. Muertes militares: Aproximadamente 20 millones.

Estas cifras son estimaciones y varían según las fuentes, pero la magnitud del desastre es innegable, con el Holocausto representando una parte crucial de las muertes por persecución sistemática. El triste balance final se conoce pasado más tiempo, y se estima a la fecha que superan los 90 millones de muertos en esta guerra que nunca debió haberse iniciado, donde Adolfo Hitler encabezó la antigua Alemania Nazi y dejó al mundo destrozado hasta hoy, con un mensaje de no volver a cometer ese error que superó toda catástrofe en la Tierra.

Todo esto lleva a un balance: las guerras con tantas naciones participantes siempre reducen la población mundial, y las armas de estos momentos no son las de la última guerra mundial. Las actuales, adquiridas por todas las grandes potencias mundiales y otras naciones que también se han equipado, son de un alto poder, lo que puede llevar a una devastación total. El planeta, con tantos arsenales nucleares, ojivas y misiles, puede destruir de inmediato a toda la población mundial, repitiendo un nuevo error que nunca más deberá volver a lo sucedido en la primera y segunda guerra mundial.

El conflicto regional y el llamado al diálogo pacífico

Hoy, las posiciones ante un conflicto que se inicia como regional entre Rusia y Ucrania, por un reclamo de la Federación de Rusia que insiste en que no puede instalarse la OTAN frente a su territorio y reclama por otros acuerdos incumplidos, son críticas. Esta guerra, producida por la invasión de Rusia en territorio ucraniano en 2022, donde Ucrania cuenta con una gran población rusa, muestra que desde un largo pasado eran todos familia entre ambas naciones. Hoy, las pérdidas irreparables de vidas son muy grandes y deben recurrir únicamente al diálogo pacífico, que es la única arma ideal para ambas naciones que deben pactar un acuerdo común. La participación de Estados Unidos está pidiendo calma frente a esta guerra con cuantiosas pérdidas de vidas de ambas partes, la cual ya debe terminar con buenos acuerdos; por ello se presentó un cuestionario similar a otros conflictos ya terminados en la historia mundial.

Aquí no se debe, de forma externa, volver a cometer errores al seguir alimentando una guerra desde afuera ofreciendo más armas, ya que las fuerzas externas también serán culpables de crímenes de lesa humanidad. Hoy la OTAN (NATO), ante las propuestas de Estados Unidos, no está de acuerdo y considera que Rusia puede ser vencida, sin entender que es una gran potencia mundial con armas de efecto terminal. La Organización del Tratado del Atlántico Norte da ánimos a Ucrania para seguir una guerra que día a día cobra más víctimas fatales y que puede llevar a Europa a una Tercera Guerra Mundial de carácter terminal. Los actores tienen buena memoria y vemos a Alemania que va al frente con la idea de que a Rusia se la puede derrotar; esto no es algo para volver a probar, pues ya se vio el resultado cuando a los EE. UU. se sumó la URSS (hoy Rusia) en la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos vence y la URSS da el cierre final a esa guerra. Por ello, Alemania no puede volver a arrastrar a Europa una vez más y, en esta ocasión, llevar a todos a una Tercera Guerra Mundial.

Sus adversarios en la Segunda Guerra Mundial, el Reino Unido y Francia, hoy de forma diferente tratan de aliarse con Alemania; y Ucrania, que fuera socia de la Alemania Nazi, hoy a la inversa vuelve a participar en su defensa. Francia tiene memoria histórica con Napoleón Bonaparte, un hombre de 52 años que murió en prisión luego de enfrentar a la antigua Rusia, perdiendo 500,000 soldados antes de que el Reino Unido lo terminara de vencer en la Batalla de Waterloo (1815).

Esto que sucede hoy, donde Polonia también está por sumarse a armas terminales que no se pueden activar nunca más, pone en riesgo total a Europa y a la población mundial. Aquí se recomienda olvidar antiguos rencores y buscar entre todos el acuerdo pacífico que propone el señor presidente Donald Trump, quien sabe bien que su nación no quiere ser parte de ninguna otra guerra mundial. Por más invitaciones que Europa proponga, los Estados Unidos hoy cuentan con una nueva presidencia firme en su misión de Paz Global. Es posible que en Alaska, en el intercambio entre los presidentes Vladímir Putin y Donald Trump, se hablara de que nunca podrán estar tropas rusas o chinas en costas de EE. UU., y lo mismo frente al territorio ucraniano-ruso: no puede estar la OTAN. Esto último fue un mal acuerdo de Gorbachov cuando la URSS dio esta orden solo de carácter verbal, y hoy un malentendido está llevando a una Tercera Guerra Mundial.

Por ello, el acuerdo pacífico de Estados Unidos es un cierre para no permitir que este conflicto llegue a una guerra incontrolable. El presidente de EE. UU. logró detener en corto plazo varios conflictos peligrosos y trajo la paz. Ahora, con Rusia y Ucrania, busca un acuerdo pacífico que traerá tranquilidad y paz a la población de Ucrania y al mundo. Como balance final, repetimos: NO a la guerra y SÍ a la paz. Sabemos que el pueblo alemán fue arrastrado por un fanático errado nazi que buscaba una cultura humana perfecta siendo él mismo imperfecto, haciendo morir a tantos soldados que, como sucede hoy, fueron forzados a ir al frente de combate. Muchos alemanes escaparon de esa locura humana, y así sucede hoy: la fuerza y el temor llevan a tantos al frente de batalla, sea por orden dictatorial o por la fuerza, mientras quienes conducen nunca arriesgan su vida.

Los resultados finales son la destrucción de vidas y de las economías de las naciones partícipes; a ellas les cuesta años recuperarse. Hoy mismo se ve en Europa con sus sistemas de energía, cuyos costos se han disparado, y la inocente población se ve empobrecida día a día, mientras sus impuestos van a la compra de armas para una guerra donde más armas significan menos vidas. Toda guerra es criminal y suicida; por ello, la Organización Mundial por la Paz pide que se escuche a los señores gobernantes que apoyan el diálogo pacífico, ya que están en el buen camino de la salvación de una humanidad confundida. Esto no es apoyar a quien creemos que va a ganar; apoyemos a cuantos más podamos salvar. El mismo escritor de aforismos antes mencionado nos ayuda a recordar que han pasado tantos siglos de civilizaciones y aún no hemos aprendido a abrazarnos.

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