Radicalismo argentino se prepara para un cambio de era
La Unión Cívica Radical (UCR) ha fijado para el 12 de diciembre a las 14 horas en su sede nacional de Buenos Aires el plenario que designará al nuevo presidente del Comité Nacional, marcando el fin del ciclo de Martín Lousteau al frente del partido.

Composición del plenario y contexto político
El Plenario de Delegados estará integrado por cuatro representantes por provincia, más dos representantes de la Juventud Radical, la Franja Morada, el Foro de Intendentes, la Organización de Trabajadores Radicales y la UCR Diversidad, según confirmó un comunicado partidario.
La salida de Lousteau representa el ocaso de una etapa caracterizada por su posicionamiento crítico hacia el Gobierno, que lo llevó en varias ocasiones a votar en soledad dentro de su bloque, como ocurrió con su pronunciamiento en contra de la Ley Bases.
Los principales candidatos a la sucesión
- Gustavo Valdés: Gobernador de Corrientes, considerado el candidato natural y mejor posicionado. Es el único radical que ganó las elecciones en su distrito sin un acuerdo asimétrico con La Libertad Avanza.
- Alfredo Cornejo: Gobernador de Mendoza, aunque desde su entorno se indica que no estaría en sus planes asumir responsabilidades partidarias mientras administra la provincia.
- Maximiliano Abad: Senador nacional por Buenos Aires, pero sus chances se ven diluidas por la crisis del radicalismo bonaerense y su nula representación en las últimas elecciones.
Otros nombres en la disputa
También se menciona a Leandro Zdero (gobernador del Chaco) y se descartó la posibilidad de Mario Negri, quien ni siquiera es delegado en la UCR según fuentes cercanas.
Reunificación legislativa: el desafío pendiente
Antes de la definición de la conducción partidaria, el radicalismo deberá resolver la probable reunificación de sus bloques en Diputados. La condición para lograrlo es que la presidencia del bloque unificado no responda a ninguno de los «extremos», según fuentes internas.
«La idea es que el presidente no sea nadie ‘extremo’. A Lousteau no le interesa, no es el problema. El problema es el cornejismo, que podría intentar imponer a Pamela Verasay»
Este proceso marca un cambio de época insoslayable en el radicalismo, con una conducción que se espera sea más condescendiente con el Gobierno nacional que la de Lousteau.