Juez de la Corte Suprema desestima acusaciones de persecución política
El juez de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Lorenzetti afirmó este 26 de noviembre que la ex presidenta Cristina Kirchner no es una «presa política», destacando que las megacausas judiciales «fracasaron» y advirtiendo sobre los riesgos del autoritarismo cuando la democracia pierde eficacia.
Declaraciones en A24
En entrevista con la señal A24, Lorenzetti explicó que «es difícil decir que fue una persecución» en el juicio de la Causa Vialidad, que resultó en la condena y prisión domiciliaria de Kirchner. «No hay ninguna duda» de que no se trata de una situación política, sostuvo.

Argumentos judiciales
- Jueces involucrados: Entre 19 y 20 magistrados intervinieron en la causa, muchos nombrados durante el kirchnerismo.
- Consenso judicial: No hubo «disidencias importantes sobre el fondo de la cuestión».
Megacausas fracasadas
Lorenzetti citó ejemplos donde las investigaciones colapsaron:
- Atentados a la embajada de Israel y la AMIA («se terminó enjuiciando a los jueces»).
- Muerte del ex fiscal Alberto Nisman («se contaminó la escena»).
Llamado a la eficacia democrática
El magistrado enfatizó la necesidad de «recuperar la democracia como sistema eficaz para resolver los problemas de la gente». Alertó que, de no lograrlo, «llegan los autoritarismos que prometen resultados salteándose las instituciones».
«La desigualdad ha aumentado en el mundo de manera brutal y el gran drama es la desilusión» de los ciudadanos.
Crítica a la clase política
Lorenzetti observó que la dirigencia «ha perdido la idea básica, que es transformar la realidad», repitiendo discursos obsoletos mientras «los totalitarismos avanzan sobre eso».
Reformas institucionales
Aunque abogó por reformar las instituciones para servir mejor a la sociedad, rechazó modificar la Constitución: «Yo no tocaría la Constitución porque cada vez que lo hacemos podemos hacer un desastre».
Preocupación por el control social
El juez expresó temor ante el «control social» al estilo de George Orwell en 1984, señalando que «somos felizmente dominados, le damos voluntariamente nuestra información a todas las redes sociales».