La CGT planta bandera contra la reforma laboral en el corazón de Buenos Aires
Este jueves 18 de diciembre, la Plaza de Mayo fue el epicentro de un contundente rechazo a la reforma laboral impulsada por el gobierno del presidente Javier Milei. La Confederación General del Trabajo (CGT) congregó a una multitud en una marcha que resonó con consignas de defensa de los derechos de los trabajadores.

Un «no» rotundo desde la calle
Desde el centro de la movilización, el cosecretario general de la central obrera, Octavio Arguello, fue categórico al expresar el posicionamiento de la organización frente a la propuesta gubernamental.
«La CGT le dice rotundamente no a la reforma laboral entreguista que impulsa el gobierno», afirmó Arguello ante los manifestantes.
El dirigente sindical no solo criticó el contenido de la reforma, sino que también lanzó una fuerte advertencia a los senadores que deberán tratarla: «Ojo con lo que hacen, porque el pueblo y la patria se los vamos a demandar».
El eje de la protesta: derechos laborales vs. flexibilización
Arguello desmintió el argumento oficial de que la reforma generaría más empleo, sosteniendo que «es mentira que se dé más trabajo quitándole sus derechos, y dando cada vez más horas de trabajo». El discurso apuntó directamente al corazón del conflicto: la percepción de que la iniciativa oficial busca recortar conquistas históricas del movimiento obrero.
Llamado a la movilización permanente
Más allá del rechazo, la convocatoria fue un llamado a la acción. El líder de la CGT instó a «ganar la calle» y a «pelear por los derechos de los trabajadores y sus familias», marcando así el inicio de lo que podría ser un período de fuerte confrontación y presión social sobre el poder legislativo.
La marcha, con su alta convocatoria, se consolida como el primer gran acto de fuerza de la central obrera frente al paquete de reformas económicas y laborales, sentando un precedente para las medidas de lucha que podrían profundizarse, incluyendo un paro nacional.