El conflicto Villarruel-Milei reabre viejas heridas
Las recientes fricciones entre Victoria Villarruel y el presidente Javier Milei, tras la aprobación en el Senado de leyes contrarias al oficialismo, reavivaron un patrón histórico en la política argentina: la conflictiva relación entre presidentes y vicepresidentes desde 1983.
Con acusaciones de «traición» por parte de sectores libertarios hacia Villarruel, la vicepresidenta respondió reclamando respeto y solicitó recortes «en viajes y en la SIDE», evidenciando la profundidad del desacuerdo.

La excepción que confirma la regla
Según reveló Noticias Argentinas, solo un vicepresidente mantuvo lealtad plena e ininterrumpida hacia el Poder Ejecutivo: Víctor Martínez, quien acompañó a Raúl Alfonsín entre 1983 y 1989.
El patrón de tensiones
Fuera de esta excepción, todos los demás binomios presidenciales protagonizaron:
- Enfrentamientos públicos
- Rupturas políticas
- Escándalos judiciales
Estos conflictos han presentado diversos matices a lo largo de las cuatro décadas de democracia ininterrumpida.
Una constante institucional
La tensión entre el primer y segundo mandatario se ha convertido en una característica recurrente del sistema político argentino, donde la vicepresidencia además preside el Senado, creando un delicado equilibrio de poderes que frecuentemente genera fricciones.